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viernes, 8 de julio de 2016

El dolor abdominal es un síntoma inespecífico que puede sugerir múltiples enfermedades, es así que por sí solo no aporta datos suficientes para determinar una posible causa desencadenante

Enfermedad  inflamatoria  pélvica (EPI).
A propósito de  un caso, de  una mujer en edad  fértil quien consulta por  dolor abdominal.

Por: Ronald Paul Torres Gutiérrez


El dolor  abdominal es un síntoma inespecífico que  puede  sugerir múltiples enfermedades, es así que por sí solo no aporta  datos  suficientes para  determinar  una posible causa  desencadenante. Por  todo esto,  los médicos deben interrogar por los  síntomas  y síndromes acompañantes que en ocasiones no  son relevantes para  el paciente. Como  fue  el caso  de esta  mujer  que acudió a la consulta  donde  fue  valorada inicialmente por  su médico (Varón),a quien  evitó mencionar su problemas asociados como fueron aumento del  flujo  vaginal  y  dolor  durante la  práctica  sexual; Fue tratada inicialmente como  una abdominalgia inespecífica con  analgésicos  habituales, sin mejoría  clínica. Retorno unos días  después con aumento del dolor abdominal y cefalea , en esta ocasión comento a  su médico  todos  los  síntoma asociados, dando  como diagnostico une enfermedad  inflamatoria pélvica la  cual fue  tratada  adecuadamente y la paciente  presento mejoría total.
La  enfermedad  inflamatoria  pélvica:  Es  una enfermedad   producto de la contaminación del  útero  y anexos por  bacterias, habitualmente Clamidia T.  o gonorrea, en ocasiones por prácticas sexuales de riesgo, múltiples contactos sexuales  y  en otras ocasiones  como consecuencia del parto, aborto, introducción del DIU (Dispositivo  intrauterino como anticoncepción), biopsia de endometrio, etc.
Se  dice  que  1  de cada 8 mujeres menores de 20 años cursa  con enfermedad  inflamatoria pélvica, también conocida como Salpingitis. Se considera actualmente la enfermedad  de  transmisión sexual más frecuente del  mundo. Se cree que un 20 –  40 % de las  mujeres  sexualmente activas han  estado expuestas a clamidia T. y que solo  un 25 % de  las  pacientes presenta  clínica  típica.
Los  síntomas  cardinales de la enfermedad  son Fiebre, Dolor  y sensibilidad de la pelvis y parte  baja del abdomen o lumbalgia, y cambio de la secreción vaginal.

Existen otros síntoma acompañante más inespecíficos, como son: relaciones sexuales dolorosas,  náuseas y vómitos, escalofríos, cólico menstrual,  sangrado vaginal inusual, dolor  al orinar, pérdida del apetito, etc.
El diagnóstico inicial  es clínico y precisa de una exploración vaginal y del cuello  uterino, se puede acompañar de pruebas de laboratorio, cultivos y  pruebas de imagen.

El  tratamiento es médico con antibióticos habitualmente de  amplio espectro, para  evitar  posibles complicaciones a  largo plazo, como puede ser el dolor  pélvico  crónico, la  infertilidad y el embarazo ectópico.  En  pocos  casos  la paciente puede precisar de  cirugía.
En conclusión en  tratamiento de la enfermedad  inflamatoria  pélvica, es  la prevención de  riesgo de sufrir contagio a  través de las  relaciones sexuales de  riesgo.  Control por su médico de  atención primaria y matrón(a)  sobre  todo si existe  presencia de síntomas  sugerente de enfermedad  inflamatoria  pélvica y así evitar  las posibles complicaciones con un  tratamiento  adecuado.



Artículo publicado en la Revista Ávila en Salud © ‎
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